Apnea social: relación entre el trastorno del sueño y los fines de semana

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Un reciente estudio a gran escala ha identificado un fenómeno denominado “apnea social”, que describe el empeoramiento de la apnea obstructiva del sueño (AOS) durante los fines de semana. El análisis, que incluyó a más de 70.000 personas, sugiere que cambios en los patrones de descanso, el consumo de alcohol y el tabaquismo podrían estar detrás de este incremento en la gravedad del trastorno, que afecta a millones de adultos en todo el mundo.

En qué consiste la apnea obstructiva del sueño

La apnea obstructiva del sueño se caracteriza por pausas completas o parciales en la respiración mientras la persona duerme, provocadas por la relajación de los músculos de la garganta. Este estrechamiento o cierre de las vías respiratorias interrumpe el flujo de aire, generando ronquidos, microdespertares y disminución de la oxigenación en sangre.

Los signos no siempre se restringen al ronquido. Aquellos que sufren de AOS pueden enfrentar sudoración nocturna, cefaleas al despertar, necesidad frecuente de orinar por la noche y una continua sensación de fatiga. Este desorden está íntimamente vinculado al exceso de peso, la obesidad y el envejecimiento, y se relaciona con un incremento en el riesgo de padecer hipertensión, diabetes tipo 2 y eventos cerebrovasculares. Asimismo, la somnolencia durante el día que genera incrementa el riesgo de accidentes tanto en carreteras como en el trabajo.

El análisis que descubrió la «apnea social»

El análisis examinó la información recolectada por sensores de sueño ubicados debajo del colchón, los cuales pueden medir la frecuencia del corazón, los ronquidos y los eventos de apnea. Para participar en la investigación, los individuos necesitaban tener al menos 28 registros al año y un promedio de cinco o más pausas respiratorias por cada hora de sueño.

Los resultados fueron claros: la probabilidad de sufrir apnea de moderada a grave —definida como 15 o más interrupciones por hora— aumentaba un 18% los sábados respecto a los miércoles. Este incremento fue más notable en hombres y en personas menores de 60 años.

También se observó que quienes prolongaban su sueño en 45 minutos o más durante el fin de semana tenían un 47% más de probabilidades de padecer apnea de moderada a grave. Además, un desfase de una hora o más en los horarios de sueño entre semana y fin de semana —conocido como “jetlag social”— se asoció con un aumento del 38% en la probabilidad de presentar la forma más severa del trastorno.

Factores que agravan la apnea los fines de semana

El fenómeno observado podría deberse a un incremento en la ingesta de bebidas alcohólicas y cigarrillos durante los días libres, sumado a la falta de consistencia en los horarios de descanso. El consumo de alcohol provoca una mayor relajación de los músculos de la garganta, lo que facilita la obstrucción de las vías respiratorias, mientras que el tabaco causa inflamación en los tejidos, agravando dicha obstrucción.

Otra razón posible es el uso reducido de dispositivos CPAP (presión positiva continua en las vías respiratorias) durante los fines de semana, esenciales para mantener las vías respiratorias despejadas en pacientes con AOS.

La relevancia de gestionar el peso y mantener prácticas saludables

Los especialistas advierten que abordar la apnea obstructiva del sueño requiere un enfoque integral. Además del tratamiento médico, es esencial corregir los factores de riesgo que intensifican sus síntomas. Mantener un peso saludable, reducir o eliminar el consumo de alcohol y tabaco, y establecer horarios regulares de sueño son medidas clave para mejorar la calidad del descanso y reducir las complicaciones a largo plazo.

El término «apnea social» introduce una nueva vía de estudio sobre la influencia de las actividades y costumbres de fin de semana en la salud del sueño. Observar estas variaciones y establecer hábitos más regulares puede tener un impacto significativo en la progresión de este trastorno.