Crece el entusiasmo por la prueba de vuelo orbital Starship de SpaceX, pero las barreras permanecen
Cada vez se genera más entusiasmo por la primera prueba de vuelo orbital de Starship, el sistema de lanzamiento ultrarresistente de SpaceX. Esa exageración comenzó a aumentar a un crescendo esta semana cuando la Administración Federal de Aviación (FAA) de EE. UU. publicó un aviso de tráfico aéreo identificando el 10 de abril como la fecha de lanzamiento principal. Agregando combustible al fuego el día de hoy al CEO de SpaceX, Elon Musk, le gustó un tuit que simplemente dice «10 de abril» con un GIF del lanzamiento de un cohete.
Si bien el 10 de abril se perfila como la fecha de lanzamiento más cercana incluso a una fecha de lanzamiento semisólida, la FAA aún tiene que emitir la licencia de lanzamiento más importante para SpaceX. Esta luz verde reglamentaria final es un paso no negociable antes de que la empresa pueda realizar la prueba. Por el momento, nada indica que esta licencia sea inminente.
Además, como dice el editor científico de Ars Technica, Eric Berger subrayar en Twitter, también existe una posibilidad muy real de que se inicie una acción civil por cuestiones ambientales inmediatamente después de que se emita la licencia de lanzamiento. En este caso, un juez tendría la potestad de emitir una medida cautelar bloqueando la prueba de vuelo hasta que se resuelva esta demanda civil.
No sería la primera vez que SpaceX y los ambientalistas se enfrentan por las actividades de la compañía en Starbase, las instalaciones de desarrollo de Starship en Boca Chica, Texas. Inmediatamente alrededor de Starbase hay refugios de vida silvestre y un parque estatal, los cuales albergan lo que los conservacionistas dicen que son ecosistemas frágiles que podrían verse amenazados existencialmente por las operaciones orbitales en curso. La FAA publicó su evaluación ambiental final de Starbase y el programa de vuelo de Starship el verano pasado, concluyendo que los planes de SpaceX no causarían impactos ambientales significativos y requiriendo que la compañía tome una serie de medidas de mitigación antes del inicio de las pruebas de vuelo.
El sistema de lanzamiento de Starship está compuesto por un propulsor Super Heavy y una etapa superior también llamada Starship. El cohete se ha vuelto esencial para el futuro de la economía espacial, con varias empresas emergentes apostando por él para sus planes de negocios, así como la NASA, que lo ha convertido en una pieza central de su programa Artemis para traer a los humanos de regreso a la luna, no para mencionar su centralidad en la propia visión de Musk para expandir la humanidad a Marte.