
Impulsando nuevos talentos con Elisa Carrillo
Elisa Carrillo, reconocida figura de la danza a nivel internacional, se alista para enfrentar un nuevo desafío en su trayectoria: tomar la dirección de la Escuela John Cranko, una de las más prestigiosas instituciones de ballet del mundo. Con este nuevo rol, Carrillo se convierte en la primera mexicana en encabezar esta escuela que educa a futuras promesas de la danza internacional. Este avance no solo representa un punto culminante en su carrera, sino que también es un logro significativo para la cultura mexicana, destacando a una de sus más grandes representantes en el ámbito del ballet.
Carrillo, conocida por su virtuosismo y compromiso con el arte de la danza, ha sido una figura influyente en el mundo de la danza clásica y moderna. A lo largo de su carrera, se ha destacado tanto por su técnica perfecta como por su habilidad para interpretar piezas complejas y desafiantes. En su nueva posición, la bailarina planea seguir fomentando el talento de jóvenes bailarines que desean expandir las fronteras del ballet. «Guiaré a las futuras estrellas del ámbito internacional», mencionó en una entrevista reciente donde compartió sus esperanzas y perspectiva sobre este nuevo reto.
Carrillo, reconocida por su virtuosismo y su dedicación al arte de la danza, ha sido una figura clave en el ámbito de la danza clásica y contemporánea. Durante su trayectoria ha logrado destacarse no solo por su técnica impecable, sino también por su capacidad para interpretar obras complejas y exigentes. En su nuevo rol, la bailarina espera continuar cultivando el talento de jóvenes bailarines que aspiran a llevar el arte del ballet a nuevos horizontes. «Voy a dirigir a las próximas estrellas del mundo», comentó durante una reciente entrevista, en la que compartió sus expectativas y visión sobre su nuevo desafío.
En cuanto a sus próximos proyectos, Carrillo se prepara para realizar su última interpretación de «Bolero» en México, una de las obras más emblemáticas de Maurice Béjart, en la que ha trabajado durante años. La obra, que será presentada el 27 de mayo en el Auditorio Nacional, será parte de la «Gala Elisa y Amigos», un evento que reunirá piezas de repertorios clásicos, neoclásicos y contemporáneos, con la participación de bailarines de compañías internacionales como la Ópera de París y el New York City Ballet. Para Carrillo, bailar «Bolero» es un sueño hecho realidad, ya que su primer acercamiento con la pieza fue a través de la televisión, y nunca imaginó que años después sería la encargada de interpretar un papel tan central en una obra tan desafiante.
La complejidad de «Bolero» radica no solo en la exigencia técnica, sino también en la necesidad de transmitir una profunda conexión emocional con el público. «Coordinación, presencia escénica, y fuerza» son algunas de las cualidades que Carrillo considera esenciales para ejecutar esta obra. En su interpretación, el papel central, representado por ella misma, está acompañado por 40 bailarines que se encargan de interpretar el ritmo de la música, una tarea que requiere una sincronización perfecta.
Elisa Carrillo ha demostrado, a lo largo de su carrera, que el talento y la disciplina son fundamentales para alcanzar el éxito. Su nombramiento como directora de la Escuela John Cranko es una prueba de su liderazgo y visión para el futuro de la danza. Además de ser una inspiración para jóvenes bailarines, su carrera refleja un ejemplo de superación y pasión por el arte. En su nuevo cargo, buscará fomentar una formación integral que prepare a los estudiantes no solo en términos técnicos, sino también en la importancia de la creatividad y la expresión personal, pilares fundamentales en el mundo de la danza.
Este nombramiento, además de consolidar su lugar como una de las grandes figuras de la danza contemporánea, abre una puerta para que más jóvenes, especialmente de México y América Latina, encuentren una oportunidad de formarse en el más alto nivel. Carrillo no solo está dirigiendo su propia carrera, sino que también está forjando el camino para las futuras generaciones de bailarines que llevarán su legado más allá de las fronteras.